miércoles, 27 de julio de 2011

Hamburguesas de arroz yamaní


Hoy preparé hamburguesas de arroz yamaní hechas con sobras de arroz, por supuesto. En sentido horario, el plato se completa con unos bifecitos de seitán casero (pero no hecho por mí, sino por María Inés. ¡El mío para la próxima!!), kimpira de bardana y zanahoria, cocido de nabo con paté de nirá, saltado de hojas de mostaza con gomasio, y pickle de jengibre.

Para las hamburguesas piqué cebolla:


zanahoria chiquita:

un poquito de nabo que quedó de otra preparación también picado:

y nirá, que le da un sabor increíble:

salté todo, incorporando los ingredientes en ese orden:

La pizca de sal marina la agregué luego de la zanahoria para que largue el agua. No hizo falta sazonar más porque había usado el wok para la kimpira, el nabo y el seitán. Pero si sólo saltás las verduras, mejor agregale un poco de shoyu al final.

Después agregué el arroz y lo mezclé bien para que quede parejo:


Con las manos húmedas para no quemarme y para que no se me pegue el arroz, les di forma a las hamburguesas y ¡listo!!

El resultado:
Las hamburguesas quedaron bien compactas y sabrosas. A la zanahoria le faltó un poco de cocción. ¡La mezcla de colores fue un acierto!

Pendiente:
Mejores fotos para futuros posteos. Veremos si las clases con Vero me pueden ayudar...

¿Vos qué vas a cocinar hoy?

lunes, 25 de julio de 2011

Cocinemos para cambiar el mundo

Anoche vi Food Inc. y quedé impactada. La manipulación de la que estamos siendo objeto es indignante. Nada de lo que se puede comprar en el supermercado tiene el más mínimo dejo de saludable: los animales y vegetales son maltratados, lxs productores son extorsionados, lxs empleadxs son esclavizadxs y lxs consumidores son estafadxs. Y lo peor es que lxs que estamos al final de la cadena, creemos que no tenemos ningún poder. Creemos que estamos condenados a consumir lo que se nos ofrece cuando, en realidad, se nos ofrece lo que estamos dispuestxs a comprar.
Pensemos en una familia en la que todos los integrantes llegan tarde de sus ocupaciones, se pone algo al microondas y se come. ¿Se imaginan a esta familia comiendo toda junta, compartiendo los sucesos del día? ¿O más bien cada uno en la suya: frente a la computadora o el televisor?
Pensemos en una familia en la que cuando los demás llegan la comida está lista, es casera, huele bien, tiene buen color y fue preparada por uno de los integrantes. ¿Qué escena imaginamos en esta casa? ¿La mesa que une o la tele que divide?
Cocinar casero es más sabroso, da tema de conversación, perfuma la casa y la llena de sonidos. Si además de casero, cocinamos integral, orgánico y vegetariano nuestra alimentación es más saludable, más variada, nos hace felices, hace menos basura y cuida el medio ambiente.
Este espacio es para acompañar a los que quieren hacer un cambio, a los que sienten que con lo que hacen no alcanza y no saben por donde empezar. Yo digo que empecemos por la cocina porque ahí está la revolución.
¿Qué vas a cocinar hoy?